Andrea Alvarez + Richard Coleman en Niceto Club: «El rock no ha muerto»

En una excelente noche para gozar de un recital, este sábado en Niceto Club tuvimos la oportunidad de ver dos shows de terribles artistas.

El primer turno fue de Andrea Alvarez, quien se subió al escenario en formato de trío acompañada del neoyorquino Lonnie Hillyer en bajo, y el terrible Tomás Brugués en guitarra, volando el cerebro de los asistentes con sus distorsiones y cuerdas estiradas al límite de sus Les Paul, combinando estilos de Slash, Zakk Wylde y Lenny Kravitz.

Comenzaron con «Te lo juro« y «Alter Ego«, logrando la aceptación y movimiento de cabezas del público. Siguieron con «Te maté porque si« (una composición densa) y «VendeHumo«.

Más allá de no tener la posibilidad de moverse por el escenario, su energía en la batería contagia al público. Moviendo su cabellera al viento y apuntando al cielo con los palillos, logra despabilar a cualquier distraído asistente. Solo que tanto movimiento la hacía transpirar demasiado y se le inundaban los in-ear que no la dejaban escuchar bien.

Finalmente el set list terminó con todo, o sea, «Lastima todo» y «Se pudre todo«.

Una vez terminado el set de Andrea, a los pocos minutos se lo ve a Richard Coleman sobre el escenario, como si estuviese seteando su equipo, a lo cual subió la baterista para acompañarlo en unos temas clásicos del rock argento en formato dúo.

Y demostrando que el rock no ha muerto, tocaron «Sucio y Desprolijo« de Pappo, «Post Crucifixión« del flaco Spinetta y «Uno entre mil«, de co autoría Cerati-Coleman.

Al rato, y luego de haber cambiado el vestuario y la guitarra, subió Coleman con su banda Trans Siberian Express y comenzó la segunda parte del concierto.

Sonaron «Simpático«, «El agua no se puede beber«, y solo tocó un tema de otra banda, uno de Fricción de allá por el ‘86, «A veces llamo« con el solo del final en las manos de Gonzalo Córdoba y su guitarra, reemplazando el original del Gonzo Palacios, obviamente en saxo. Sonaron NormalIncandescenteCorre la voz para incrementar la temperatura desde las tablas hacia el público.

Sin ningún músico invitado como nos tiene acostumbrado en sus shows, Roly Ureta estaba de gira, Coleman y su banda se fue retirando y nos decía que la tormenta es «Como la música lenta« y se fue con «Días futuros«, dejándonos con las ganas de algún bis.

Para el saludo final, se juntaron las dos bandas sobre el escenario para recibir el caluroso aplauso del público. Yéndose la gente del lugar, los asistentes hacían fila para tomarse selfies con Adrián Taverna, mítico sonidista de Soda Stereo, quien actualmente trabaja tras la consola de Coleman.

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