Los oriundos de La Plata estuvieron de gira por los barrios, San Justo y Monte Grande fueron las plazas elegidas para seguir presentando el exitosísimo “La Sintesís O´Konor”.
La oportunidad de hacer un viaje al conurbano y disfrutar de un concierto íntimo de una banda que a uno le gusta, es un lujito que cada tanto debemos hacer. El pequeño, pero acogedor, Teatro Greison, ubicado sobre la Av Dardo Rocha recibía a los motorizados luego de una gira por Cuyo hace dos semanas.
La cita era puntual, un lugar colmado y “El nuevo magnetismo” que da una bienvenida cálida a partir de ese colchón de teclas. Una especie de calentamiento previo para una velada que tuvo muchísimos picos de intensidad.
“La noche eterna” es un nuevo clásico, la reacción de los asistentes lo hace sentir así y la banda lo incorpora con una gran naturalidad. Los arreglos empiezan a cautivarnos y la banda va tomando vuelo para que el lugar empiece a ser una caldera.
“La Cobra” y “Terrorismo en la copa del mundo” muestran esa química que tiene El Mató en los momentos musicales, saltas en el lugar moviendo todo el cuerpo, la música te ocupa los sentidos y los brazos se agitan sin sentido. Santi sonríe, levanta su pulgar y nos confirma que todo está muy bien sobre las tablas.
El falso final llegó con “El fuego que hemos construido”, una pieza que combina tristeza, éxtasis, locura y alegría. La canción se va apagando muy lentamente pero todos sabemos que lo mejor estaba por venir. Esa partida es solo un acting.
Al regresar, “Fuego” fue el elegido para climatizar al Greison luego del breve descanso musicalizado por un loop de guitarra. “Mas o menos bien”, “Chica de oro” y “Chica rutera” parecían ser los últimos. La gente comenzó a cantarla a capella y “Mi próximo movimiento” no se hizo desear. Pantro y su guitarra dieron paso al barullo más grande de los últimos tiempos en Monte Grande.
Santi mueve su mano y agradece constantemente, los músicos uno a uno van a comenzar su relajo de sábado por la noche y nosotros nos vamos tranquilos por el sur del conurbano a seguir paseando o a descansar para las actividades de domingo.
El Mató no falla, es efectivo en Tecnópolis para 5000 personas, en Vorterix para 1500 y en Monte Grande para 500. Adaptarse y contextualizar las veladas es una virtud que no todas las bandas tienen. Se vienen nuevos sonidos, las stories enigmáticas que aparecen dan cuenta de que algo vienen tramando para dejar un poco atrás su disco más exitoso. La expectativa nuestra es altísima, obviamente.