En una noche de risas y baile, Silvestre y La Naranja volvió a demostrar su gran propuesta musical en una velada mágica en Niceto Club. Con más de una hora de concierto, se dieron un repaso por su discografía, mostrando un poco de lo nuevo que se viene en su próxima producción.
Rey Hindú fueron los encargados de abrir el show con su fusión bailable y visuales bastante entretenidas. Su mezcla de sonidos y la buena onda que le pone su líder Cristóbal Zanelli son, sin ninguna duda, el punto fuerte de la banda. La música, contrastada por visuales bastante absurdas y números de bailes sensuales, logró interesar a gran parte del público del lugar.
Seguido a ellos, vendría el turno de Hipnótica que con un formato reducido, se propusieron a tomar la sala por sorpresa con su sonido melodioso y tranquilo. Los cordobeses generan una ambientación casi etérea con su público. Sus voces se entrelazan como de manera simbiótica junto con una audiencia que no se cansa de recitar sus versos. Sin dudas, canciones como “Fluir” y “Así” son futuros clásicos en la escena alternativa argentina.
Vendría el momento de “Los Naranjas” que empezaron con “Animales”. La voz de Justo Fernández, líder y vocalista de la banda, es desgarradora y llena de cruda energía que se compagina siempre con la línea de banjo de Francisco Nicholson. Es una buena combinación entre sus comienzos folk y su transición hacia el rock alternativo.
En un repaso por su carrera, no podían faltar las clásicas “Ya no pienses tanto”, “Arrayanes” y “El Paso” que sirvieron para complacer a los más leales fanáticos de la banda. El bajo toma protagonismo durante todo el show, hace estremecer hasta al más tranquilo del público. Es una fiesta.
Llegan entonces los nuevos temas, “El instinto” y “Hasta desaparecer” con un sonido mucho más rock y enérgico. Olvidan un poco el tema del folk y se encargan ahora de mostrar el nivel de potencia. “Parece que todo a mi alrededor va a explotar” canta Justo al unísono con el público que sigue saltando.
Y sin dudas, no hay otra manera de describir el ambiente: Una explosión musical que tan solo ellos pueden lograr.