Nathy Peluso cerró su gira por Argentina junto al trío español Big Menu en el patio del Konex. El baile fuerte y sensual de la cantante, sumado a los cuerpos calientes de la audiencia evaporaron las intermitentes lluvias de la tarde.
Se respiraba la ansiedad por ver a la Latin Queen, los gritos de aliento para la artista se hacían escuchar. Los rostros extáticos se encontraban amontonados, el calor corporal le ganaba a la fresca tarde. A las 20:15 hs Big Menú, la banda de hip-hop instrumental conformada por José Benítez en batería, Pedro Campos en bajo y teclas y Enric Peinado en guitarra apareció con una intro cargada de suspenso. El ritmo progresivo del bajo y la batería de sonido metálico por los incesantes platillos le daba la base a unos punteos de guitarra. De fondo, sonidos futurísticos entrecortados provenientes del sintetizador.
Tras tres minutos de instrumental sonó un teléfono, pista para los fans de que el show iba a arrancar con “Estoy Triste”. Nathy pegó un saltó y cayó con su actitud “encaradora” al escenario, su teatro físico se percibió desde el primer segundo. Tras este primer rap, saludó a su gente y preguntó si queríamos un poco de manteca caliente para liberar suavemente los cuerpos con “Hot Butter”.
La sensualidad y la rima rica pegadiza destacaron a la artista multigénero que siguió con “Sandía”. Una canción de letra visual, ritmos bailables y flexibles. Ya con estos tres temas distintos estilos como la música latina, la música negra, el funk y la salsa se entremezclaron. El power trío por su parte potenciaba los temas, la diversidad y el brío eran considerablemente mayores que sus producciones de estudio.
La energía del recital contrastó entre momentos completamente desaforados y lapsos de serenidad. Por ejemplo, ella interpretó una parte de la canción “Shot Me Down” de David Guetta que desemboco en “Alabame”. El público vociferó –Alabáme Guacho, alabáme, chúpame al ritmo de la selva azul búscame- refrescado por la sutil lluvia que había. Luego volvió la parsimonia, la banda se juntó en el centro del escenario y dio una versión acústica de “La Passione” antes del encore. Peluso también jugó haciendo payadas, y expresó agradecida su felicidad de estar en tocando en Argentina.
“La Sandunguera” plasmó como ninguna su baile exótico, tajante y carnal. Interpretó con el cuerpo el ritmo de la batería, se amalgamó con la música. La gozadera siguió con una salsa en la cual Nathy solo bailó. Tras “Gimme Some Pizza” le habló al público una vez más, esta vez su emoción la desbordo hasta el llanto. Dio el mensaje de que es una artista conjunta con su gente y sirve de portavoz, de canal de esta. Para ello precisa de las ganas y peticiones de su audiencia para transmitírselo al mundo.
Nathy Peluso se ha convertido en una líder feminista, un símbolo con el que miles de personas, en su mayoría mujeres se identifican, y como dijo ella en una portavoz de las necesidades sociales de estas. Su imagen de mujer confiada y desafiante inspira y potencia a este movimiento tan necesario. Señaló con su uña un pañuelo verde, lo agarró y cantó su himno “Corashe”. La euforia fue inexplicable, la imagen del patio del Konex teñido de verde y a puro salto le puso la piel de gallina a más de uno.