Jullien Barbagallo en Xirgú Espacio Untref: Simpática Música Francesa

El compositor francés, también conocido por ser baterista en Tame Impala, se presentó en el Teatro Xirgu con su nuevo disco Danse Dans Les Ailleurs. La productora Indie Folks otra vez tomó el riesgo de traer un artista de un género musical poco desarrollado en nuestro país.

El evento lo abrió La Femme D´argent, banda de electro pop argentina, que únicamente cuenta con el nombre en francés. En sus treinta minutos hubo extensas partes de instrumentales bailables lideradas por las teclas y caja de ritmos. La cantante Agustina Vivo transmitió firmeza con su voz y se la vio segura y concentrada en sus bailes mecánicos.

El cuarteto de Jullien Barbagallo se presentó formando en línea horizontal. A su batería y canto lo acompañaron unas teclas, un bajo eléctrico y una guitarra electroacústica. Cada integrante también contó con micrófono para hacer coros. Su vestimenta delataba su procedencia europea. Dos de ellos tenían camisa celeste clara dentro del pantalón, el cual les llegaba hasta los tobillos y calzaban unos mocasines blancos.

Barbagallo canta únicamente en francés y cuenta con un estilo romántico, emocional. La música en el show por momentos se tornó más alegre y en otros la melancolía se hizo presente. Su voz fue delicada, suave y dio una imagen de persona simpática e inocente.

Desde el principio Jullien se encontró muy a gusto de estar tocando con su banda por primera vez en Buenos Aires. Sus diálogos hacia el público fueron frecuentes, incluyó tanto chistes como explicaciones de los significados de las canciones. En una parte hasta se coreó su nombre, y él irónicamente dijo que era su sueño que pase eso.

Su música insertó a la audiencia en un estado de relajación, y atención con sutiles movimientos corporales. Las estructuras de sus canciones fueron similares. La diferencia se la dio él en los ritmos de su baterías y sobre todo los sintetizadores que ambientaban y formaban el paisaje de los temas. Jullien por momentos se desarticuló tocando, agarró velocidades y cambió de tempos con mucha facilidad, hipnotizó varias miradas.

La parte final significó el momento más psicodélico de la noche, el estilo más parecido a Tame Impala. Éste comenzó con Jullien y el tecladista únicamente, el segundo fusionó varios sonidos ondulantes que se entremezclaban y retorcían mientras Barbagallo mantenía un pulso constante de platillos, bombo y tambor in crescendo. Se sumaron en el medio la bajista y el guitarrista y se acoplaron al tema. El volumen se acrecentaba, sobre todo el de la batería, y los tiempos se aceleraban también. Este penetrante laberinto de sonidos culminó en la entrada de “La Vérité”. Un final impactante al cual podría recurrir más seguido la banda si quiere dar una experiencia más estruendosa.

Tanto la música como la banda de Jullien Barbagallo irradiaron paz y alegría. Fue un show que no resaltó entre los tantos que vienen ocurriendo en Buenos Aires, pero si marcó la diferencia de la productora Indie Folks que sigue trayendo artistas de calidad y pequeño revuelo.

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