Alvy, Nacho y Rubin en Niceto Club
The Magnetic Fields nació a principio de los 90 en la ciudad de Nueva York. De la mano de su líder, el enigmático Stephin Merritt, la banda publicó varios discos, plagadas de letras ingeniosas, baladas romanticas e irónicas, del que seguramente podemos destacar el más que recomendable “69 love songs”.
The Magnetic Fields son poco conocidos por estas latitudes. Posiblemente se deba a que su música tranquila y acústica sea poco vendible para las radios. También influye la poca el poco afecto de Merritt a los recitales y a tocar en otros países. Pero en algún momento, la banda si llegó a oídos de Nacho Rodríguez, Alvy Singer y Sebastian Rubin. Y eso es lo importante en esta crónica.
Hace casi una década, estos tres personajes nos sorprendían con un disco doble, homenajeando a la banda neoyorquina, interpretando sus letras y dándole su impronta, sin perder la original. La apuesta era arriesgada, pero el resultado fue un trabajo impecable, que nos invitaba a ir y venir constantemente con la banda de Merritt. Para los que ya la conocían, fue una forma fresca de volver a escucharla. Y para los que no la conocíamos, nos invitaba a hacerlo.
Anoche, en Niceto tenemos nuevamente una cita con esas canciones. La expectativa era grande. Necesitábamos saber cómo seguía esa química entre los tres. Ver si el magnetismo seguía estando ahí.
Stephin Merritt tiene una particularidad (o varias). Padece de hiperacusia en uno de sus oídos, lo que le provoca molestias con los ruidos fuertes. Es por eso que sus conciertos transcurren sin demasiadas estridencias, con un público que respeta al músico y contempla el show lo más silenciosamente posible. Esto pareciera reinterpretarse también en Niceto. El trío entra y se acomoda, en medio de aplausos. Y tocan, con una calma y tranquilidad abrumadora. La gente escucha, canta bajito, sin tapar a la banda. La puesta en escena acompaña: solo los ladrillos de la pared, sin pantalla ni decoración. Solo músicos y música.
-¿Que hicieron todos estos años?- le pregunta Rubin a sus compañeros – Yo me casé- se contesta a el mismo. El magnetismo, la gracia y la complicidad entre los tres está intacta. Constantemente bromean entre ellos, o contestan a algunos gritos del público.
“Como un pollo degollado”, “Loco de atar”, “La noche que olvidaste”, “El que realmente amas” fueron algunos de los temas que sonaron, además de la presentación de los dos simples que ya nos habían adelantado online, “Por que lloro” y “Dos clases de gente”.
El trío, de a ratos, se convierte en cuarteto o quinteto con la inclusión de Pablo Font y Eugenia Brusa. La cantante, durante “La plegaria de la monja”, dejó ver su pañuelo verde debajo del velo que la cubría, demostrando una vez más que la música no está ajena a los reclamos sociales.
Nos queda la sensación de que el proyecto da todavía para más. Quedamos a la expectativa de nuevos temas, y quien sabe de un nuevo disco interpretando a Los Campos Magnéticos. Y un gran saludo a Stephin Merritt, que seguro nos lee desde Nueva York.