Jeites en Ciudad Cultural Konex 20.01.17
Calurosa noche porteña, una más de las tantas que pasamos.
«Si el verano te encuentra en la ciudad, vení al Konex» reza el nuevo dicho popular.
Y así es, el Konex se vuelve a llenar de gente con poca ropa, ojotas y birra. Y también de algunos «desubicados», que ansiosos por dar comienzo al fin de semana, caen con su traje y con olor a jefes y preocupaciones, como recién saliditos del horno que es la oficina, pero ahí nomás se arremangan la camisa y decretan que comienza el tan esperado descanso semanal.
Y entre toda esta gente que espera sentada en el patio de asfalto, mientras el sol se va tímidamente, Jeites sube al escenario. Algunos que andaban perdidos, escuchan los aplausos y corren al centro de la movida, volcando un poco de birra en el suelo pero sin dejar de sonreír.
Con caras pintadas e instrumentos en mano, empieza Jeites, empieza el finde y la alegría.
Arrancan con una mezcla de sonidos que antecede «Intro«, el primer tema del disco «Desde la tierra», para luego pararse con fuerza en el escenario y disfrutar de su propio show. Sus dos coristas, lejos de quedar en un segundo plano, corren y saltan por todo el escenario. Ambas con vestidos floreados, bailan y enamoran con su voz. Todos los integrantes de la banda son protagonistas, todos son personajes principales. Es pura armonía.
Joaquín, el cantante, nos da la bienvenida y nos agradece por estar ahí. Mientras la banda prepara «La marcha de los poetas«, él ordena: -«Fortaleciendo el glúteo», y todos se contagian automáticamente de una fiesta que termina en un mini pogo. Joaquín nos tiene cautivados, interpreta y siente cada canción de una manera mágica.
Para recibir el quinto tema las coristas salen del escenario, se nombra «Los guachos» y los pibes tienen que hacer lo suyo. Son hijos de una generación que dio a luz el género «Fusión». Todas las canciones de Jeites son imposibles de encasillar un sólo nombre, unen rock con reggae, un poco de rap y de repente aparece una chacarera. Todos juntos conviven ahí.
La birra se apoya sólo para aplaudir y bailar. El final es todo nuestro, Jeites y la gente ya son uno. Se miran como esos primeros amores de la vida, hay una complicidad única entre el público y los músicos. Es hipnótico.
Abrazados en un primer saludo, se miran y gritan «Voce» y con su tema más divertido, se despiden hasta la próxima. La Ciudad de La Plata lo hizo de nuevo, del potrero musical tan reconocido en nuestro país, está vez salió Jeites a la cancha y nos dejó bailando sus canciones durante todo el fin de semana.