Futuro Verde

Pasado Verde | Usina del Arte | 25.03.2018

El sol que encandila ese par de cuadras entre la parada del 152 en La Boca y la majestuosa Usina del Arte nos acompañó, recordamos lo lindo de un recital en domingo y más aún a plena tarde, cuando los últimos pedazos del verano se caen junto a las hojas, llegamos temprano pues nos invitaron a la prueba de sonido y queríamos un poco más de esta banda de la que no nos cabe duda alguna, muy pronto no existirá nadie que no la conozca; Pasado Verde estaría en el “Ciclo Transformador” de la Usina.

Mientras entramos por el camino empedrado, el quinteto mendocino prueba a cielo abierto y un par de fanáticos ya se agrupan y disfrutan, escuchamos par de notas y nos encontramos con los chicos en los pasillos del clásico edificio, nos sentamos, convidamos un par de sandwichs de miga mientras se preparan para salir a tocar en una onda de amigos que se sientan en el patio antes de un ensayo cualquiera, casualmente en domingo.

Exequiel (voz) habla con Francio (guitarra de Ragazzas) de algún recuerdo de amigos mientras Franco (bajo) revisa su teléfono; a lo lejos Joaquin y Fabri (guitarras) parecen afinar con violas desconectadas o tal vez practicando algún pasaje que está por venir, el ambiente es de casa, se habla de bandas amigas y futuros proyectos, todos se relajan y un par de seguidores se logran asomar para robarse alguna foto con la banda.

Cuatro menos diez y Pasado Verde sube a la suerte de mezzanine que se eleva del patio de la Usina, imposible no pensar en aquel rooftop concert de Londres, no nombraremos a la banda para no caer en comparaciones sin sentido. La tarde arranca con “Empate y Desenlace”, pop rock fácil de escuchar, melodiosos y engranados los verdes en un día que empieza a enfriarse, algunos visitantes del centro cultural se suman al escuchar a los de Mendoza.

Siguen con “El Monstruo” y “Todo Pende”, gemas del “Fuego y Flora” del 2016, los chicos tienen ese talento de mágicamente sonar aún mejor en vivo que en el estudio, hay una pasión invisible al caminar entre los cables de ese escenario que los hace sonar especiales, tal vez sean temas concebidos para esto, la voz de Exequiel se mezcla con la atmosfera y la armonía está a punto.

“Aquí Vamos” sube el tono y un niño baila en los hombros de su padre, el público conoce las canciones y corean al unisono, necesario nombrar a Leo Lemoli en la batería, parece llevar cada momento de los temas y todos lo siguen a la perfección, entre miradas son una banda de best buddies tocando en otoño. “Ante la duda” y la imagen de la autopista que los saluda es algo para recordar cuando pasemos a mejor vida.

Top Moment: “Flora”, es un temazo de 3:31 minutos de onda funk electro bailable, y es eso lo que amamos de Pasado Verde, lo ecléctico de su sonido, a veces rock, a veces pop, siempre natural.

“Nunca entendiste nada, ese bosque era yo, me volví más espeso, para cuidarte a vos” canta Stocco a ojos cerrados en “Vamos Bien” e ir cerrando con “Para Vos” y “El Plan”, par de sus canciones más populares, éxitos de radio y de crítica, cantadas por todos; es como el indie debe sonar: trabajado, con ritmo y armonía, el trabajo de los mendocinos paga completamente.

La tarde cierra con “Lo dificil es olvidar”, y entendemos perfectamente porqué el ruido causado por los Pasado Verde, jovenes y maduros son el recambio de la música argentina, talento natural desde Mendoza y la nueva generación los reconoce así, cambiando el paradigma de lo que conocemos como rock nacional y su transformación necesaria.

Los chicos tendrán par de fechas en abril en La Confitería y Teatro Vorterix, no crean en mis palabras y verifiquen por ustedes mismos un poco del futuro: Pasado Verde.

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